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Según la OMS la inactividad física es la responsable del 6% de los fallecimientos registrados a nivel mundial. Aconseja dedicarle al menos 150 minutos a la semana a la actividad física de intensidad moderada.
Varios estudios han demostrado que realizar ejercicio tiene una función protectora frente a enfermedades neurodegenerativas como por ejemplo la esclerosis múltiple o el parkinson.
Toma nota de algunos de sus beneficios:
Las habilidades cognitivas que se han visto favorecidas son la memoria, la atención y el control inhibitorio. Estos beneficios están relacionados con un aumento del flujo sanguíneo del cerebro, asimilando mejor los nutrientes.
Hacer ejercicio físico mejora nuestra imagen tonificando los músculos, perdiendo grasa y eso hace que tengamos una mejor calidad de vida. Esto hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
El practicar ejercicio hace que liberemos estas moléculas en nuestro cerebro, por lo que pueden ayudar a prevenir y aliviar trastornos como la ansiedad o la depresión.
Estudios neurológicos concluyen que el ejercicio físico terapéutico disminuye la intensidad de las cefaleas y también la frecuencia de su aparición.
El deporte y el ejercicio físico en general, influye en la función cognitiva y el metabolismo cerebral. En muchos casos se recomienda en personas mayores con signos de deterioro cognitivo.
Sobre todo los deportes en equipo, porque hacen que tengamos que memorizar normas y reglas, así como aprender códigos de compañerismo, trabajando la empatía y el respeto.
Es importante destacar que cualquier persona que padezca algún síntoma de los trastornos mencionados en este post, debe consultar con un médico especialista.